Saxophone Colossus (1956, Prestige)... a la bilbaína

Iniciado por DeBilbao, 31 de Mayo de 2014, 06:05:58 AM

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DeBilbao

Aprovechando mi reciente publicación del hilo con la lista de los mejores 100 discos del Jazz según Jazz 100, he pensado que sería buena idea comenzar con un repaso de los clásicos, que muchas veces dejamos de lado por haberlos escuchado mucho, pero lo cierto es que cada vez que te vuelves a acercar a ellos te regalan algo nuevo y te recuerdan que están ahí por méritos propios, con todo el derecho y autoridad posibles.

Son trabajos que sirven no solo para disfrutar, sino para aprender del Jazz. Yo no me considero más que un aficionado entusiasta del género, pero trataré de acercaros este trabajo realizando un comentario más amplio de cada uno de los temas para que entendáis bien lo que quiero decir. Quizá consiga transmitir un poco de lo que siento al escuchar esta música, no lo sé, vosotros me lo diréis...

Sonny Rollins: Saxophone Colossus (1956, Prestige)

http://open.spotify.com/album/0yodD8uAkAT5UmrlF2xy97



En la octava posición me he reencontrado con un enorme Sonny Rollins y su colosal Saxophone Colossus, que comienza con una composición del mismo Sonny Rollins y que se ha convertido ya en todo un clásico:

1. St. Thomas (Sonny Rollins)

En mi opinión refleja y de qué forma, el valor del grupo y la importancia de saber elegir los acompañantes. Y digo esto porque si Sonny Rollins está magnífico en este tema, la presencia de Max Roach en este tema es crucial y es responsable no solo de la base rítmica, sino que tiene una responsabilidad enorme, desde la apertura del tema con un ritmo casi africano antes de que Rollins nos presente la melodía tan característica de St. Thomas, pasando por todo el desarrollo del mismo, sin dejar de acompañar a ese saxo carnoso, potente, capaz de introducir notas con un registro muy grave en medio de una melodía que transcurre por las alturas de la octava. En el minuto 2' 30'', Max Roach se marca un solo de batería que te impide concentrarte en cualquier cosa que no sea prestar atención a esa maravilla, que finaliza con una nueva entrada de Rollins que te deja boquiabierto hasta que en el minuto 5' 03'' da paso al piano de Flanagan, que acompañado por la dominante batería de Max Roach, brilla con fuerza, con un sonido a lo Red Garland, cargado de blues. El bajo de Doug Watkins está presente, aunque quizá por la toma de sonido no lo localizo con la precisión que lo haré después en otros temas en donde es el auténtico protagonista.

2. You Don't Know What Love Is (Gene DePaul y Don Raye)

El segundo tema es una balada de  Gene DePaul y Don Raye, You Don't Know What Love Is, con el saxo de Rollins de protagonista principal, con esa forma de tocar que tiene y que parece hacer fácil lo más difícil, subiendo y bajando, a veces desconcertándote incluso, pero sabiendo transmitir sentimiento como pocos. Aquí sus compañeros son eso, acompañantes de lujo, prudentes, sin querer destacar y dejándole brillar al protagonista que se desenvuelve con su también característica improvisación, y es que estoy seguro de que Sonny Rollins podría interpretar mil veces este tema y obtener mil versiones diferentes. Sus dedos y su cerebro están conectados con su corazón y se muestra como un espíritu libre, que vuela hacia donde le lleve el viento ese día. Flannagan tiene su hueco al final para un pequeño solo, pero este tema es de Rollins, que se adueña completamente de él.

3. Strode Rode (Sonny Rollins)

Continuamos con otro tema original de Rollins, Strode Rode, en donde la improvisación y el saxo de Sonny comienza mandando, pero este tema no es de solista, es un trabajo en grupo increíble. El tempo de este tema es más rápido y las baquetas de Roach se mueven a un ritmo frenético, aunque uno tiene la sensación escuchándole que no hay límites para él y que podría acelerar el ritmo hasta donde quisiera. Aquí los diálogos entre los protagonistas son frecuentes y muestran esa otra maravillosa faceta del Jazz que es la improvisación colectiva. Me resulta increíble que se pueda tocar de esa manera, dejándose llevar tan y volando como si fueran vencejos a toda velocidad bajo una cascada. Flannagan y Roach son tan protagonistas como Rollins, y Doug Watkins va marcando el tempo por debajo y comenzando a despuntar, esperando que llegue su momento, que llegará.

4. Moritat (Mac The Knife) (Bertolt Brecht y Kurt Weill)

Cuarto corte y regresamos a los estándares. Se titula Moritat, pero en realidad estamos ante una versión del Mac The Knife de Bertolt Brecht y Kurt Weill que siempre tendré en mi memoria asociada a Ella Fitzgerald y aquel fastuoso concierto que dio en Berlin, con una versión de este clásico memorable. Aquí Rollins lo ejecuta con precisión, fuerza y carácter, y sus compañeros no se quedan atrás. Son más de diez minutos de deliciosa improvisación sobre la base de una melodía archiconocida, que a ratos se deconstruye completamente para volver a tomar su forma original, esa es la magia del Jazz y si acabas conectando con ella, es cuando de verdad comienzas a disfrutarlo. En el minuto 4 Tommy Flanagan vuelve a tomar el control de la melodía y aquí me recuerda más a Wynton Kelly que a Garland, tocando el piano con esa precisión, suavidad y delicadeza que pareciera que no cuesta esfuerzo hacerlo. El resultado es magnífico y Rollins entabla con él una pequeña conversación hacia el 5' 30' indicándole que es hora de que Roach demuestre por qué Rollins lo ha elegido como acompañante, y es que se marcan un trabajo a dos palos increíble. Y es que Max Roach es mucho Max Roach...

5. Blue 7 (Sonny Rollins)

Y pasamos al quinto tema. Es difícil decirlo con seguridad, pero quizá sea mi favorito. Blue 7. Si Doug Watkins había sido un acompañante de lujo para la sesión, aquí se convierte en protagonista con mayúsculas. Siempre he considerado que el contrabajo es un instrumento desagradecido para el intérprete, es absolutamente necesario y si lo quitas se nota que a la música le has quitado la vida, pero es difícil que brillen como solistas. Aquí no, y en este Blue 7 Watkins es quien comienza mandando y quien manda durante los más de 11 minutos que dura esta nueva muestra de trabajo en equipo. No sólo es base rítmica y Watkins se sitúa en primera línea junto con los demás, con Rollins y sus momentos de improvisación, con Flanagan que tiene unos momentazos increíbles, y con Roach... que sigue siendo Roach como durante toda la sesión.

Un disco IMPRESCINDIBLE, que merece ser escuchado en condiciones para apreciar todos esos matices que os comento. La grabación de Rudy Van Gelder para el sello Prestige es muy buena y si lo escucháis con un buen equipo, es para quedarse con la boca abierta y no parar de aplaudir hasta con las orejas.

Lo tenemos disponible en todo tipo de ediciones, en vinilo, en CD, en XRCD, en SACD. Suena de auténtico lujo en cualquiera de ellas. La reedición de Original Jazz Classics en 1987 a partir del master original  ?(OJCCD-291-2) suena de lujo.

http://www.discogs.com/Sonny-Rollins-Saxophone-Colossus/release/3640672



Esta mañana lo he escuchado dos veces seguidas, así que espero vuestros comentarios para ampliar esta reseña, más larga y completa de lo habitual.

Sonny Rollins: Saxophone Colossus (1956, Prestige)

http://open.spotify.com/album/0yodD8uAkAT5UmrlF2xy97



:) :) :)
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Richard

Hola DeBilbao!

Ante todo gracias por el curro que te has pegado con este post y con los dos de las listas.

Tengo que decir que acabo de escuchar mi primer disco de Jazz. Leyendo tus comentarios para entenderlo mejor.

Para nada es mi estilo, soy más de rock, y siempre que he intentado escuchar algo de jazz he acabado aburrido.

No te voy a decir que me ha encantado porque te mentiría, pero si aprecio la dificultad para los músicos, que son unos verdaderos artistas.

En cierto modo me recuerda los conciertos del G3, con cada guitarrista intentando demostrar que tan bueno es en sus solos.

Pero sin duda la canción que más me ha gustado es Strode Rode, con ese ritmo frenético, con todo muy bien ensamblado. Increíble, gigantes los músicos.

Estaré atento a lo próximo, a ver que me parece.

Enviado desde mi Nexus 4 mediante Tapatalk


Epicuro

Es el primer disco que compré cuando era adolescente, el que enamoró del jazz y desde entonces un imprescindible. Junto con el Kind of Blue no hay mes que no me enchufe a él. Por aquel entonces estaba alucinando leyendo Rayuela y me sentía vacio al no entender lo que Cortázar escribía sobre esa música así que apunté el primer musico que encontré al azar entre sus paginas y compré el primer rico que encontré de él.

Hay algo en el peculiar fraseo de Rollins que se te clava en el alma, no sólo su alucinante capacidad técnica, sino también una alegría, un humor y una fuerza que es fácilmente reconocible. Ese modo de subir y bajar casi al instante, de dar un manotazo y una caricia, la capacidad de estar melancólico y al momento dar una vitalidad de gigante. Todo en este disco parece estar encajado sin resquicios, el maravilloso Más Roach, los puntuales momentos de Flanagan.

No hace mucho escuchaba con deleite el disco que recomendarse de Chano Dominguez y me emocionaba al reconocer en el primer tema la melodía inequívoca de St Tomás, esa alegría desbordante . Para mi Rollins es un músico inigualable, que hace todo con una facilidad engañosa y un brío conmovedor.

El segundo tema, You dont know what love is es para mi la mejor versión de largo que he metido en mis venas, emocionante y bella, durante mucho tiempo fue el tema que ponía en casa para mostrar lo que es el jazz, esa intimidad profunda, la armonía alucinante que a veces surge cuando algunos músicos se unen para con jugarse desde la libertad y brillar como un todo por encima de sus individualidades.

Maravilloso.

jumartc

¡¡ Ándale, ándale, ándale !!, ese si que es un comentario chulo de la muerte.

A ver si hoy le puedo hacer un hueco al CD; lo de comentarlo ya va a ser harina de otro costal, que uno no está demasiado ilustrao en estas industrias y es de oído duro.

También uno esquina al palo de Rayuela y del Perseguidor y de Las babas del Diablo, etc.;cada dos o tres años toca darle un repaso a lo de los piolines y eso.
Hardware: Orejas de trapo, (lo que, indudablemente, no deja de ser una ventaja para el bolsillo).
Software: Reproductores diversos, auriculares más de los necesarios, algún ampli de la muerte y un DAC Fiio E10 mu majo.
Reflexión: ¿ Pueden veintidós futbolistas atemorizar a un valiente tirador de boomerang... ?;  ¡¡ jamás !!.
Esssssssto .... pero, si por un casual,  jamás se te ocurra amenazar con un boomerang a veintidós futbolistas airados; mejor les cedes el campo y tan amigos; que es tan solo una simple y elemental cuestión de territorio; mayormente si ya está el estadio lleno, quieren empezar el partido y adviertes por el rabillo del ojo que se aproximan para sobarte los morros.

DeBilbao

#4
Muchas, muchas gracias a los dos por vuestras respuestas  :chocala:

Dos respuestas aparentemente antagónicas, pero que yo veo muy cercanas. En ambos casos se muestra un sincero respeto y amor por la música, que es lo verdaderamente importante, aunque además hay un reconocimiento a la técnica que demuestran los músicos y que también habla de la sensibilidad que muestran tanto Richard como Epicuro.

A Richard le diría que no deje de buscar su Jazz, si le ha gustado Strode Rode y su ritmo frenético seguro que es porque su gusto más cercano al Rock le pide tempos rápidos, y en el Jazz los encontrará sin problemas.

Y a Epicuro, decirle que su respuesta me ha emocionado al igual que lo hacen las notas del Saxophone Colossus, y que con ella cobra sentido esto que comparto por aquí, y me anima a seguir haciéndolo aunque a veces parezca que no tiene demasiada respuesta.

Rollins es mucho Rollins, y es que además de ser un extraordinario músico estoy seguro de que es una extraordinaria persona. Recuerdo el concierto que ofreció tras el atentado del 11S en Nueva York - el vivía muy cerca de las torres gemelas - y las palabras que dirigió al público, emocionantes y sinceras. Si no lo habéis escuchado nunca, os lo recomiendo:

Qué manera de tocar con 71 abriles  :gafas:

Sonny Rollins: Without a Song (2005, Concord)

http://open.spotify.com/album/5A4Rtwv7IRw860BZtnNHXN

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Epicuro

Sigo todo lo que comentas y recomiendas compañero, aunque llevo décadas aficionado a esta musica soy un completo novato que no sabe cómo expresar lo que me ofreces. En no pocas ocasiones pienso que en el momento en el que dejo entrar los discos en mi, en cuánta gente variada confluye en esos instantes en esa misma acción, distantes en todo salvo en esa condicion humana, insuficiente y hambrienta, y me siento consolado descubriendo que obtengo una religación agradecida en el que yo como individuo sólo sumo como uno más.

Estos discos los visito al modo en que otros van a un templo, con respeto y reconocimiento, henchido de agradecimiento. Pero no sólo por la musica en si y quienes la hacen posible, sino también por aquellos pastores que como tu nos los descubren. Cada post que te leo lo experimento como un abrazo. De ti me vino hace un tiempo aquel maravilloso ultimo concierto de Stan Getz junto con Barron. Es un regalo que me diste y que procede de tus líneas. Además me gustan muchos tus apreciaciones a caballo entre el intelecto y la emoción, cosa que no obtengo en otros foros de aficionado. La musica es algo que entra directamente en el alma, no hacen falta intelectualismo a ni poses.

Voy a por el disco que recomiendas, sin saber qué voy a encontrar si sé lo que me va a dar.

Muchas gracias.

DeBilbao

#6
Gracias Epicuro.

Mi más sincero agradecimiento por esas palabras que me dedicas, excesivas sin lugar a dudas, pero que agradezco de todo corazón.

Estoy seguro de que el tema Without a Song, que da título al disco, responderá a tus expectativas. Es Sonny Rollins en 2005... y no deja de ser Rollins.

Tal y como él cuenta antes de comenzar, ese Without a Song (Sin una canción) es como él expresa que se sienten todos, en referencia a la pérdida de un símbolo para su ciudad. El concierto, a pesar de ser un homenaje a las víctimas del 11S, está grabado en Boston, el 15 de septiembre de 2001, tan sólo cuatro días después del brutal atentado. Son 16' 37'' de auténtica emoción contenida.



:music:
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Epicuro

Un disco precioso, me emociona el oír la voz deRollins, con todos esos años a la espalda, un agotamiento engañoso que se borra al instante en que coloca el instrumento en su labios y entrega ese sonido tan propio. Una de los aspectos de su musica que me resulta más reconocible y que agradezco sobremanera es justamente la vitalidad que regala, ese amor por lo vivo que es marca de la casa y que en todo momento está presente. Es este un disco vitalista, contra lo que podría parecer, un canto a la vida y a ese amor por la unión con el prójimo. No hay ira ni deseo violento, incluso la tristeza es un reconocimiento del hecho de estar vivo. Ese fraseo enchido de vida, celebrativo y poderoso aún en la vejez.

Todo el disco tiene esa frescura colectiva que lo hace realmente el coloso que es.

Es un placer acariciante el tenerlo ahí pegado a los oídos, libre y volátil y aún así contundente.

Muchas gracias por darme a conocer el disco, incluso su portada es bonita, el ver al maestro en toda esa blancura que da la sabiduría de la edad, en Es esplendor humilde que es como un abrazo.

Gracias!